Para poder hablar del hoy, tenemos que echar una mirada hacia atrás, y es que es una realidad que la mayoría de nosotros no tuvimos una educación financiera ni formal ni informal. No tomamos un curso en el colegio sobre ¿qué son las finanzas? ¿cómo manejar tus finanzas?, invertir o simplemente como abrir o acceder a servicios financieros, se pensaba que estos temas solo eran para adultos.
Estadísticamente el 35% de los jóvenes en Latino América no saben la diferencia entre una tarjeta de débito vs. Una de crédito y 70% de los jóvenes no saben como abrir un cuenta bancaria, o le temen sin conocimiento a los créditos y deudas; La realidad es que la falta de esta educación básica y elemental es eminente hoy en día y muchos de estos conceptos fueron aprendidos por la mayoría de nosotros al cometer errores una vez y otra vez con nuestras finanzas.
Pero… ¿Porque las escuelas y modelos educativos hoy en día no se enfocan en enseñar estos conceptos básicos de finanzas? La realidad es que aprender cosas básicas en términos de finanzas, interés, impuestos, etc. es mucho más valioso y funcional para la vida cotidiana que aprender sobre una fórmula de cálculo integral o física, sin embargo los modelos educativos no han sido capaces aún de replantearse, adaptarse y evolucionar para ofrecer modelos educativos más completos, integrales y robustos que involucren educación más aplicable al mundo real especialmente en generación tempranas.
El aprender sobre finanzas a una temprana edad está comprobado que ofrece una capacidad de entendimiento sobre lógica, números, prevención de riesgos, manejo de herramientas prácticas, planeación, proyección y derivados de estas capacidades, proporciona un sin fin de futuras oportunidades a los niños (as) y jóvenes. Si tú y yo hubiéramos podido entender la diferencia entre un salario bruto vs neto, pudiéramos haber hecho una mejor negociación de nuestro primer empleo, si hubiéramos podido entender cual era la diferencia entre una tarjeta de crédito vs débito no tendría que haber pagado esos intereses o cargos moratorios en las tarjetas, y así podría continuar con ejemplos infinitos.
La realidad es que este tipo de problemas van mucho más allá de simplemente pagar costos adicionales, dolores de cabeza y enojos innecesarios, afectar tu historial crediticio o no tener un fondo de ahorro o de emergencia. La realidad es que el impacto que esto genera para las generaciones nuevas es que esto desata consecuencias generacionales a largo plazo. Está comprobado que jóvenes que tienes un entendimiento básico de finanzas tienen una mayor probabilidad de tener la oportunidad de asistir a la universidad que ellos elijan, así mismo esto genera una mayor probabilidad de que ellos compren su primer propiedad/casa, de igual forma los jóvenes que tiene el conocimiento básico de finanzas son capaces de tener una organización financiera mucho más estructurada lo cual les permite tener una mayor libertad a largo plazo en su empleo o emprendedurismo, el poder invertir en algún startup o negocio, el poder viajar por educación o vacaciones etc. en resumidas palabras el ser autónomos e independientes a más temprana edad, con mayor responsabilidad y mejores resultados de estabilidad financiera.
La educación financiera es clave para poder generar y fomentar una cultura colectiva robusta en entendimiento básico en finanzas, ahorro, inversión, en nuevos modos de pago, en confianza en el dinero y en general en la creación de hábitos positivos que ayuden al manejo eficiente de los fondos familiares y personales de la sociedad.
Cuando vemos la situación a nivel global vemos que este problema es un problema universal y no específico a un país, cultura o clase social, si no es una deficiencia común alrededor del mundo, sin embargo cuando vemos que sucede en América latina, la realidad es que la situación es aún más agravante ya que no solo existe la gran falta de educación financiera en generaciones tempranas, sino también el nulo o escaso acceso a servicios financieros para la mayoría de la población de estas edades, lo cual genera un gran desabastecimiento de la posibilidad de aplicar y beneficiarse de la cultura financiera.
La fórmula perfecta para poder generar un cambio radical y romper este círculo de abandono, es el fomentar la educación, cultura y práctica financiera desde temprana edad de maneras interactivas que logren generar ese aprendizaje consciente en los niños (as) y jóvenes, y así a su vez darles la oportunidad de acceder a servicios financieros en donde tengan la oportunidad de utilizar y aplicar el conocimiento obtenido.
Esta es una tarea colectiva tanto de los padres, gobiernos, escuela, entidades privadas, pero más que nada es una tarea que necesita atacarse desde una etapa muy temprana de edad para generar una mentalidad disruptiva en las nuevas generaciones y poder evitar las limitantes y problemáticas a futuro en Latinoamérica y en el mundo.
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